En el barrio habanero de La Vívora, cerca del mercado Mónaco, hay un parque y junto al parque el lugar exacto para estacionar un Lada. Adelante y atrás, otros Ladas, Moskovichs y Polquis se mezclan con Peugeots, Hyundais y Geelys. En la esquina, sobre la pared de un edificio alto, se ve la caja blanca de la conexión wifi pública, cuya expansión desde el año pasado amplía lentamente el acceso de los cubanos a la internet.
Mientras en el asiento del acompañante saco una laptop pequeña y busco WIFI_ETECSA en la lista de redes inalámbricas, un hombre le ofrece al conductor:
—¿Tarjetas?
—¿A cómo?
—Tres chavitos.
Precio fijo en todas las calles cubanas: 3 CUC (la moneda fuerte, 24 pesos cubanos por cada una) por una tarjeta cuyo valor en cualquier sede de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, ETECSA, es de 2 CUC y brinda una hora de una conexión que exasperaría a cualquiera con banda ancha pero hace felices a muchos cubanos. Tan felices que gastan en algo lujoso para el presupuesto familiar: conviene recordar que los salarios promedios rondan los 23 CUC.
Desde el asiento de atrás, mi amiga —una señora mayor, revolucionaria en su juventud, ex funcionaria— ironiza por el sobreprecio. «El 50%, m’hijo… Reza porque no vuelva el capitalismo porque entonces no podrás recargar tanto». El muchacho encoge los hombros. Según cifras oficiales, en 2015 el Estado cubano vendió cerca de 1,6 millones de tarjetas.
Cada banco del parque, cada espacio en los bordes de las veredas, cada peldaño de las escaleras que dan a las casas particulares, está ocupado por personas —muchas jóvenes— con smartphones y tabletas principalmente. Una muchacha comparte los auriculares con su madre; la madre se seca las lágrimas, la chica gesticula contenta.
—Ha de estar hablando con familia en el extranjero —diagnostica el chofer y sigue con la transacción—. ¿Tienes dos? —le pregunta al vendedor.
—Claro, compadre.
El conductor extiende dos billetes rojos, que muestran una escultura de Ernesto Guevara; el billete de moneda nacional de 3 pesos también tiene al Che, pero en la imagen de Alberto Korda que lo ha congelado vivo para que el merchandising abuse de su mirada perdida en remeras, afiches, prendedores, jarros para café, enteritos para bebés. La escultura le da un claro color de muerte.
Abro el navegador y aparece la ventana de autenticación del servicio de internet cubano, llamado Nauta, que me pide el usuario y la contraseña.
Como soy extranjera tengo una cuenta temporaria: debo encontrar ambos datos en la parte de atrás de la tarjeta, tras raspar una banda metalizada. Los cubanos pueden acceder a cuentas permanentes y tener una identificación y una clave permanentes: «Se crean mediante contratos en las oficinas comerciales de ETECSA», explica la compañía pública, que también comercializa teléfonos inteligentes de Samsung, Alcatel, LG e Itelecom. Pero en el parque se ven esos y otros dispositivos, incluidos iPhones.
Fuente: http://www.infobae.com/2016/05/07/1809387-internet-cuba-lenta-y-cara-pero-cada-vez-mas-masiva
Por: Gabriela Esquivada